No quiero un príncipe azul

Escrito el 3 de enero de 2016


Sólo quiero a alguien que sea de verdad, que me tenga sin tenerme, que me deje ser yo, pero que también seamos los dos, que me ame no por un compromiso, sino porque cada día le nace hacerlo, que me conquiste a diario, aun sabiendo que ya no existe forma de que vea otros ojos, que le de miedo perderme, no porque yo me vaya a ir por otros caminos, sino porque sepa la valiosa mujer que soy, y que como yo no va a encontrar otra igual, que me consienta todo el tiempo, y me proteja en las noches oscuras, que le encante mi risa, aunque sea un poco ruidosa, pero que conozca todo lo que está a fondo de ella y todo lo que significa para mí sólo sonreír, que me apoye en mis pasiones, que me discuta siempre que no tenga la razón, aunque por mi terquedad siempre siga mis puntos, que nos reconciliemos como niños, que vuelven a jugar sin ningún problema después de llorar, que sepa leer mis miradas y gestos, que con ellos expreso más que con lo que digo, que me respete cada momento, antes, durante y después, que me de besos cálidos, miradas profundas y abrazos reconfortantes, que me escuche cada que lo necesito, aunque las historias se repitan una y otra vez, que me deje hacer chistes por más bobos que sean, y que se ría por lo menos para disimular, que le guste mis sarcasmos, y que me rete con ellos mismos, que sea seguro de lo que quiere y sobre todo que hable claro, que no me prometa nada, pero que me demuestre de todo, que no se le olviden los pequeños detalles de la vida, y que exploremos el mundo y cada parte de sus lugares más secretos, sin que nadie se dé cuenta para aumentar la adrenalina, que pueda hablar con él de cualquier tema, desde los más serios, hasta los más locos, que acepte mi locura, y se contagie de ella, que me agarre de la mano, y pasemos sobre cualquier obstáculo que se presenten tanto personales como de pareja, pero juntos, que no me aleje de sus cosas, que yo también lo quiero ayudar, que hagamos y deshagamos con todo, y que sin miedo vivamos cada momento, que no nos apresuremos, ni pensemos cuando vayamos a ser viejos, solo el ahora, y de vez en cuando recordar los mejores momentos, que pueden durar mucho tiempo, o quizá solo puede ser algo de momento.
No tiene que ser un príncipe azul, solo alguien de verdad, que me valore y me ame hasta un lugar donde no se puede contar.

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