Me pido perdón

Me pido perdón por todas la veces -quizá demasiadas- que he querido renunciarme, apagarme, soltarme y rendirme.
Me pido perdón por todas las veces que yo misma me destruyo y me hundo en mis pensamientos -quizá demasiado graves y sensibles- en los que cada vez los vuelvo más grandes.

Me pido perdón por todas las veces que me quedo callada cuando solo quiero gritar y pedir ayuda para ser rescatada o solo escuchada -quizá por mi orgullo o quizá para no molestar-
Me pido perdón por todas las veces que me siento una carga, no solo para mi misma, sino para todos a mi alrededor.

Me pido perdón por ahogarme en todo esto y luego solo explotar y atentar hasta con mi salud por tantas “bobadas” que solo me generan negatividades en mi vida
Me pido perdón por todas las veces que me miro en el espejo y me exijo mostrarle al mundo mi mejor versión cuando por dentro solo quiero lo peor.

Me pido perdón por ser mucho tiempo “fuerte” y “feliz” porque a veces solo dejo a un lado lo que siento por no querer “caer” y me desconecto conmigo misma
Me pido perdón por todas las veces que me quiebro y no sé ni por dónde empezar para volver a reconstruirme y sanarme

Me pido perdón porque a medida que pasa el tiempo no se hace ni siquiera más fácil tener que volver a levantarme -para esto no hay experiencia que ayude-

Y muchas personas solo no entenderán esto, y otras sabrán exactamente de qué hablo.
Pero lo que más duele, es pedirme perdón hoy, y saber que, mañana podré volver a caer, y volverán los pensamientos autodestructivos, y volverán los días grises, y volveré a alejarme de todo el mundo, y estaré volviendo a entender el abismo y habitando en el.

Y es que, nunca es el mismo abismo, ni el de ayer, ni el de hoy, ni el de mañana, ni se comparan con los tiempos mismos, y muchísimo menos con los de alguien más.

También sé que muchos pensarán qué hay miles de problemas peores, créeme, yo eso lo sé, pero que le digas a alguien que otra persona está peor créeme que no será suficiente el motivo para uno coger fuerza y salir.

Me pido perdón por todas las veces que me pido perdón, pero realmente no me perdono.
Pero también...

Me alegro y me da satisfacción todas las veces que sí me perdono y me reconcilio conmigo misma porque lucho contra esto, y aunque hay días que no quiero luchar más, no lo dejo de hacer igual, porque en mi sigue habiendo esa llama que no me deja apagar, aunque tenga mil sueños rotos, otras mil frustraciones, todavía me faltan mil caídas más, y por cada caída habrán mil soluciones más, que quizá ahora mismo no vea la salida de este, pero la encontraré, sé que lo haré, porque siempre lo hago, y no me soltaré, no todavía, no hoy.

Así que me pido perdón, y me perdono... por sentirme así, pero querer salir y seguir.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

¿Sabes algo? No es Justo

No pertenezco aquí