El fin

Escrito el 11 de julio de 2019


El inicio es lo más lindo de todo, ¿No?
Todo empieza con miradas, cosquillitas, pequeñas muestras de interés, picardía, que la primera salida, conociéndose, contándose muchas cosas, comienza la historia... el primer beso, el amor crece y crece, cada día eres más feliz de estar a su lado, te das cuenta que cualquier plan es bueno si están juntos, empieza la confianza, el apoyo y darte cuenta que no hay nadie más, que con nadie más te habías sentido así, y uno piensa “ese es”

Luego vienen miles de problemas, miles de obstáculos, unos más fuertes que otros, pero ambos siguen luchando, sin importar el tiempo ni el espacio, lo que sienten hace que cualquier tormenta valga la pena superarla, para los dos y por los dos, son equipo y un equipo funciona si ninguno de los dos se rinde

Lo triste de esto es cuando el fin empieza a acercarse. Una de las partes se cansa, otra deja el interés, ya no es lo mismo, pero algo no los deja soltar, empiezan las discusiones todo el tiempo, empieza el fin.

El fin llega, y se lleva todo consigo, muchas veces no lo queremos aceptar, se sigue luchando, luchando por algo en lo que ya no hay nada, luchando por un recuerdo, luchando por un momento que ya pasó, luchando por un sentimiento o por una conexión que ya no es igual, luchando por un pasado que no volverá.

Y nos apegamos a eso, porque no lo queremos aceptar, no queremos que el fin haya llegado, pero no hay más nada que reparar, cuando llega ya no hay vuelta atrás, y la etapa más dura siempre será esta. Tener que renunciar

Renunciar a todos esos planes imaginarios, a ese futuro que nunca llegará, a esa esperanza e ilusión de un mundo por siempre para los dos, a ese amor invencible que puede contra todo. Y se intenta con todas las fuerzas regresar, se lucha hasta con la última entraña de su ser, lo das todo, porque te niegas a dejar las cosas atrás, no quieres dejar de intentar. Pero cuando la otra persona no te da más motivos para continuar, no queda más nada que soltar

Soltar, dejar, superarlo y continuar. Porque si te quedas mucho tiempo en el fin y no lo aceptas, a la única persona que harás daño será a ti misma, y no vales tan poco como para que todas las noches sigas esperando, esperando algo que no pasara, te estancas y no puedes dejar de brillar. 
Tienes que cerrar esa puerta y volver a jugar, volver a empezar, es el fin, pero no tú fin. No te dejes apagar.

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